Sin lugar a dudas, la entidad en cuestión cumplió con el objetivo del absurdo hipertrófico y no debemos “criticarla”, pues se hizo algo para no hacer nada. Se reconstruyó -con innovación- para que luego volvamos a reconstruir.
Por Orlando Vignolo. 10 abril, 2023. Publicado en Correo, el 7 de abril de 2023.
En el país, nos hemos acostumbrado a que cada problema público se resuelva con la creación y puesta en marcha de una nueva administración pública. Sucede una catástrofe, pues una entidad con nombre comercial y lemas grotescos aparece al frente. Existe una coyuntura especial, e inmediatamente se desgajan funciones y medios para crear nuevos organismos públicos por doquier y sin mirar las colisiones competenciales (todas las últimas superintendencias del Poder Ejecutivo son las mayores muestras de este fenómeno organizativo del fracaso). Sin lugar a dudas, vivimos una hipertrofia administrativa bastante inútil ante el bien común, voraz en el uso intensivo de fondos públicos, poco jurídica y que termina atentando a las propias libertades ciudadanas (más administraciones suelen traer nuevos controles previos en todos los campos de actuación de los derechos constitucionales). Pero existe una inmoralidad más que se agrega a este exceso deleznable, creado por múltiples políticos y tecnócratas en las últimas dos décadas: hacer algo a medias siempre y de manera abierta, sin siquiera tener un poco de bochorno.
En este insano contexto y con un claro síndrome Zeigarnik a cuestas, es que en 2017 se fundó la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios. Su nombre institucional denotaba transformación para un potencial progreso, pero en el fondo era sólo una señal del espeso maquillaje para producir parcialidad, medias soluciones constructivas, cuchicheo en “novedosas” formas de contratación pública, redes sociales a tope, fotos, foros, anuncios, discursos y más discursos. Sin lugar a dudas, la entidad en cuestión cumplió con el objetivo del absurdo hipertrófico y no debemos “criticarla”, pues se hizo algo para no hacer nada. Se reconstruyó -con innovación- para que luego volvamos a reconstruir.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.
